Perdí algunas uñas de los pies, pero gané el saber que la fuerza del amor y de la resiliencia te lleva hasta el fin del mundo y más allá.
Ahora entiendo porque ni la ceguera ni la artrosis, NADA te frenaba, ni las hernias, ni la caudequina, ni tampoco te frenaron los tumores, ni siquiera la vejez te frenó, ni el Alzheimer.
Tú SIEMPRE te levantabas.
Y esta frase resuena en mi cabeza cada vez que sentí que no podía más.
Sigo tu ejemplo, poco a poco, porque no es fácil dejar atrás los miedos, el dolor de la ausencia.
Porque me llevará tiempo ser quien fuiste TÚ y a la vez ser yo en mi mejor versión.
Pero estoy aquí por ti, gracias a ti. Para nosotras.
El verdadero camino comienza cuando termina el camino.
Así que miro mis pies y me siento AGRADECIDA de cada herida, cada ampolla, cada calambre, porque me hace sentir que el cuerpo físico es un vehículo, lo que verdaderamente te lleva a cumplir retos y sueños es amar la vida.
Porque, como tú me has demostrado, cuando quieres vivir, NADA TE DETIENE.
Mi bella alma gemela, no te pierdo, te INTEGRO 🙏🌲🌈
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