El Camino Primitivo le dio la oportunidad a mi humana de expandir su fé y sus creencias espirituales.
Cada vez que tenía un momento como este, ella pudo sentir que ir hacia la Luz era ir hacia mi encuentro.
Hasta que se funde en ella, se funde conmigo como dos ingredientes perfectos.
Para ella es indescriptible sentir el sol abriéndose paso entre las ramas, con cada paso los destellos eran diferentes, se movían buscando sus ojos cerrados, notando el calor en su rostro, reviviendo aquellas caricias con la misma intensidad de cuando sucedieron, priorizando una sola emoción, la del Amor, que se abre paso fuertemente superando al dolor y la tristeza de la pérdida.
Allá donde la mente se aquieta y el miedo se echa una siesta y da tregua,
ella pudo sentir mi presencia porque estar en el bosque es el origen de todo, lo llevamos grabado en nuestras células desde nuestros orígenes.
Así como el final de mi vida aquí también es el principio de otra vida más genuina, lejos del dolor y del cansancio. Ella espera ese reencuentro y cree que ya no tiene miedo a la muerte si detrás de ella estoy yo.
Volver a casa.
Volver a la fuente.
Porque siente que fuimos el mismo Ser dividido físicamente en 2 cuerpos.
Pero ella está enamorada de la Vida, sobretodo porque en esta vida ella me tuvo a mi, así que mientras llega ese momento sabe que tiene aún mucho que aprender y compartir con otros humanos que necesitan expresar su proceso, y aprender juntos.
Ir al encuentro de la Naturaleza, es estar con Dios, es volver a tu centro.
Es estar conmigo.
Es estar en ti.
Respirarme traspasando las dimensiones, jugando con el espacio/tiempo por medio de la imaginación.
Un viaje de Amor.
Donde ella puede escuchar a su corazón latiendo doblemente.
Porque un corazón nunca deja de latir si el Amor que lo mueve es eterno
No me pierde, me integra.
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